10/01/2018 5 Comentarios Desarrollo personal

Plantea tus propósitos de 2018 de manera S.M.A.R.T (la metodología que aplica el Coaching en sus procesos transformacionales)

A fecha de hoy 10 de enero, (mi cumple :D) es probable que ya tengas tus propósitos de 2018 marcados, o puede que los establecieras el pasado septiembre con la “vuelta al cole” en vez de a principios de año. También puede darse la posibilidad de que aún ni te los hayas planteado y prefieras hacer esta tarea de introspección más adelante. Sea como sea, si lo que quieres es pasar de un estado A a un estado B, el post que te traigo hoy tiene como finalidad ayudarte a definir esos objetivos que te marcaste mediante una manera SMART, la metodología que aplica el Coaching en sus procesos transformacionales y que aprendí en el máster de EAE que realicé. Como es posible que tengas que volver a dar un repaso a dichos objetivos, tenlos bien a mano, ¡que empezamos!

Si aún no te has marcado ningún objetivo para 2018 pero te gustaría hacerlo, te recomiendo que visites el post “Pon en orden tu vida con La rueda de la vida”. En él, puedes definir en qué área de tu vida te quieres enfocar, extraer de ella una meta que te acompañará durante todo el proceso y de este modo iniciar el cambio que quieras alcanzar. Si quieres descargarte el PDF con la guía paso a paso para imprimir la plantilla y tenerlo de manera más visual para trabajar sobre él, suscríbete a mi Newsletter (tienes el formulario a pie de página o en la sección Acerca de) y lo recibirás en tu correo electrónico.

Objetivos SMART

Como os comentaba en la introducción, en estas fechas capricornianas es muy común encontrarse con todas las ganas del mundo de marcarse objetivos de año nuevo. Incluso este hecho pasa a ser noticia en muchas cadenas de televisión, donde le dedican un espacio en el que se hace mención. Salen a la calle y entrevistan a la gente preguntándoles cuáles son las suyas. El interrogante que os planteo es: ¿lo estamos haciendo bien? ¿Somos lo bastante concretos? Las típicas promesas de año nuevo suelen ser, por ejemplo:

-Dejar de fumar

-Perder peso

-Salir a correr

-Aprender a… (coser, por ejemplo)

-Ganar más dinero

Todas ellas un puñado de deseos sin concreción alguna.

¿Cómo vamos a conseguir materializar esos objetivos si no les damos una estructura, un orden, un plan?

Con el planteamiento vago de esos objetivos, nuestro cerebro nos puede sabotear tanto por un exceso de optimismo creyendo que los hemos conseguido:

-Dejar de fumar: ¿cuando duermo? ¡Yuju! ¡Conseguido entonces!

-Perder peso: ¿un gramo valdría? Ayer no comí postre, ¡conseguido!

-Salir a correr: ¿cuando me persigan? ¿cazando Pokemon? ¡hecho!

-Aprender a coser: ¿sola? El otro día vi un tutorial en Youtube, ¡checked!

-Ganar más dinero: ¿un céntimo más, por ejemplo? Ayer me encontré 10 en la calle, ¡ahí lo tienes!

Como por un exceso de pesimismo, machacándonos y dejándonos sin ganas de volver a proponernos nada más el año que viene:

-Dejar de fumar: pfff desde que me lo propuse en enero no hay manera de soltar un cigarro, soy lo peor

-Perder peso: pfff es casi junio y voy fatal porque quería perder peso y veo que las mollas no han bajado (y te sientes fatal, y comes más)

-Salir a correr: pfff es que siempre hace mal tiempo, oye, no sé qué pasa en Barcelona que siempre que me voy a poner llueve

-Aprender a coser: pfff si total tampoco me hacía tanta falta, mejor lo dejamos para otro año

-Ganar más dinero: pfff mira, juego a la lotería y nos dejamos de tanta ambición

¿Te suena alguno de estos? En mi caso, mi cerebro tendía a la manera machacante y paralizadora.

Pues bien, para evitar los dos escenarios que os acabo de describir, tendremos que “ir por partes”. Nuestro cerebro asimila mejor las minitareas concretas y con visión (un paraqué motivador detrás), no le gusta tener que pensar de cero. Aquí entra la necesidad de que todos los objetivos que nos hayamos propuesto, así como el plan de acción que los acompañe, sean SMART. Esto es como cuando intentas incorporar un hábito a tu vida que te acerque a ese objetivo. Yo leo “perder peso” en una lista de intenciones y me desmoralizo, se me hace una montaña. En cambio, si leo “de lunes a sábado para desayunar voy a cuidar mi cuerpo y espíritu eliminando toda fuente de azúcares y procesados”, la cosa cambia, ¿no crees?

Como os decía, tanto el objetivo como su plan de acción tienen que ser SMART. Esta metodología que aplico con mis clientes de Coaching fue creada por el profesor e investigador George T. Doran en 1981. Corresponde a un acrónimo que maneja 5 elementos fundamentales para lograr el establecimiento de metas efectivo, así:

Propósitos 2018 SMART

ESpecífico: la ambigüedad no es buena a la hora de fijarnos metas. Necesitamos ser lo más concretos posible para así mantener nuestro enfoque y reducir las áreas grises

Medible: ya lo dijo el filósofo Peter Drucker “lo que no se puede medir no se puede mejorar”

Alcanzable: al considerar si una meta es alcanzable y realista podemos identificar qué tipo de habilidades, actitudes u otro tipo de recursos necesitamos para cumplirlas

Relevante: deberá estar relacionada con nuestra visión o plan maestro

Enmarcado en el Tiempo: si no establecemos un límite de tiempo, nuestras tareas y proyectos pueden prolongarse por tiempo indefinido

En el máster que cursé, le añadían también la letra “E” (o sea, SMART-E), porque también decían que había que tener en cuenta el Entorno, es decir, el impacto que tendrá tu objetivo en los que te rodean. Esto va según gustos, yo prefiero sin la E para empezar.

Ahora pasemos a tus objetivos, los que tenías anotados. Coge papel y boli (o ratón y teclado) porque vas a traducirlos a lenguaje SMART y verás cómo se concretan. De verdad. Vamos a pasar por cada letra del acrónimo ayudándonos de las siguientes preguntas. Reformula tus objetivos teniéndolas en cuenta:

ESpecífico: nuestro objetivo debería ser capaz de responder a ¿Qué quiero conseguir? ¿Cuándo? ¿Dónde? para acotarlo al máximo. El cómo formará parte de nuestro plan de acción que desarrollaremos más adelante

Medible: debemos establecer nuestros propios KPIs (indicadores de desempeño) que nos indiquen el progreso con nuestro objetivo. Deberíamos responder a la pregunta ¿Cómo sabré que lo he conseguido?

Alcanzable: ¿Qué recursos necesito para avanzar en la meta?

Relevante: ¿Cómo se relaciona este objetivo con mi visión? ¿En qué grado es importante para mí?

Enmarcado en el Tiempo: ¿Qué fecha límite me pondré? ¿Para cuándo lo quiero conseguir?

¿Lo tienes?

Ahora, traza el plan de acción del mismo modo SMART: escribe, a modo de tareas, qué pasos vas a emprender para conseguir el cómo de ese objetivo que te habías planteado. Intenta ser también lo más específico posible. Tanto en el objetivo como en el plan de acción uno puede profundizar todo lo que desee. Cuanta más concreción, mayor probabilidad de éxito. Al fin y al cabo, esto no deja de ser una declaración de intenciones y todo lo que se declara y queda por escrito tiene más posibilidad de manifestación en el plano físico (esto está ligado a toda la filosofía que hay detrás de El Secreto, algún día me leeré ese libro porque tiene muy buena pinta).

Por experiencia propia, creo que la única manera de que el plan de acción con las tareas que te hayas marcado sea sostenible en el tiempo es manteniendo la visión de lo que queramos conseguir con ese objetivo y haciendo que cada paso nos haga felices, que nos inspire. Para mí esto es clave y es lo que me hace no abandonar en mis metas. Asimismo, también suma que los objetivos se formulen en positivo para lograr un mejor impacto. Sustituyamos verbos con matices negativos por otros más positivos, por ejemplo, pasemos del “no quiero gastar” a “ahorrar” o “volver a hacer ejercicio” por “ir al gym”. Escoge palabras que te motiven, que te empujen.

Te recomiendo que el tiempo que dediques a esta tarea que es para ti la hagas en un momento en el que estés relajado, motivado y sin distracciones. Al fin y al cabo, estás trazando tu plan para los próximos 365 días con sus 365 oportunidades. ¡No es baladí! A mí por ejemplo me gusta ponerme música de fondo como esta banda sonora épica o de spinning, me da la sensación de que algo grande va a pasar.

Si deseas dar un paso más allá en la consecución de las metas, te invito además que después crees un dreamboard o panel visionario. Es genial porque te visualiza en las metas y resulta inspirador. Si quieres que le dedique un post, ¡déjamelo en la sección Comentarios o escríbeme un mail a info@liderazgoparaelcambio.com comentándomelo!

Ahora que vuestros deseos de año nuevo han pasado a ser verdaderos objetivos y planes de acción SMART manifestables, ¡es hora de compartir! ¿Qué os ha parecido esta metodología? ¿La conocíais? ¿Os parece útil? Contádmelo todo, ¡estoy deseando saber!

 

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